Qué difícil es, a veces, escribir...
Sentado en la mesa, escribiendo, no puedo evitar mirarla. Está comiendo pero me mira distraida, como si viera más allá de mi.
- ¿Yo? En ti.
- ¿En mi? nah dime tonta...
- Estaba pensando en los besos.
- ¿En qué besos? ¿En los mios? ¿En los tuyos?
- No, en los besos en general.
- Y, ¿qué pensabas?
- Pues... Pensaba en cómo suenan los besos.
- Y, ¿Se puede saber como suenan?
- Eso es lo que estaba pensando... Los besos suenan a beso... Pero es un sonido que no se puede escribir. La gente lo escribe como muacks pero... ¡Jah! Los besos no suenan muacks. Si pudiera escribir un beso estoy segura de que tendría una "X" en alguna parte y una "U". Seguramente también tendría una "J"...
- ¿Para qué quieres escribir un beso?
- Porque, si pueda escribir un beso, te escribiría uno todas las mañanas. Uno de verdad, no un falso "Muacks". Te lo dejaría en un post-it, pegado en la nevera, para que cada vez que fueras a desayunar tuvieras mi beso.
- ¿Y qué piensas hacer para descubrir como suenan los besos?
- Pues... He pensado que voy a pasarme la vida besándote, hasta que pueda escribirte los besos que te quiera dar.
- Estás loca... ¿También piensas aprender cómo se escribe un mordisco?
- Anda tontiito, yo ya se como se escribe un mordisco...
- ¿Ah sí, cómo?
- Sí, ¡los mordiscos se escriben ñam!
Acto seguido me dio un mordisco en la mejilla y se levantó a por un vaso de zumo.
"- Yo quise escribirle un beso, pero, por muchos besos que le diera, cada uno me sonaba diferente."
Para no verte tanto, para no verte siempre...
Vamos a jugar a que no nos conocemos. Yo me pondré mi vestido nuevo, ese que guardaba para un día especial, porque pensé que el color combinaba con mi felicidad. Tú puedes llevar los ojos llenos de ilusión, hace tanto que no los veo que ni siquiera sé si los reconocería. Pasearemos por la misma acera distraídos, sin miradas de complicidad, sin cogernos de la mano. Vamos a ser desconocidos.
Entonces coincidiremos en el parque. Yo me sentaré a leer y tú llegarás con el periódico. Después de un rato leyendo, harás algún comentario del tipo “hay que ver cómo está el mundo…” y yo sonreiré y te miraré. Y a partir de ese momento estaré atenta a todo, a cada beso y cada abrazo. A cada frase que yo diga y a todas tus respuestas. Estudiaré cada comentario y todas tus reacciones, y llegaré al fondo de esto. Quiero saber por qué, por qué tanto desprecio y dónde ha ido todo ese amor; por qué ya no lo veo. Pudiste decírmelo y librarme de las dudas. Evitar que me reconcoma todo lo que hice y no debí hacer y todo lo que debí hacer y no hice. Pudiste simplemente entender porque quería entenderlo, y acabar con los delirios y las noches en vela. Pudiste ser compasivo. Pero ahora ya tengo la solución, vamos a ser desconocidos. "Y ojalá que la luna pueda salir sin ti. Ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta… Ojalá pase algo que te borre de pronto...