@Mimitad_

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Mérida, Venezuela
Soportable como Amiga, insufrible como Amor.

Qué difícil es, a veces, escribir...

"- Entonces nos hicimos regalos. Él me regaló sus manos, yo le regalé mis orejas y mi nariz."


Sentado en la mesa, escribiendo, no puedo evitar mirarla. Está comiendo pero me mira distraida, como si viera más allá de mi.

- ¿En qué piensas?

- ¿Yo? En ti.

- ¿En mi? nah dime tonta...

- Estaba pensando en los besos.

- ¿En qué besos? ¿En los mios? ¿En los tuyos?

- No, en los besos en general.

- Y, ¿qué pensabas?

- Pues... Pensaba en cómo suenan los besos.

- Y, ¿Se puede saber como suenan?

- Eso es lo que estaba pensando... Los besos suenan a beso... Pero es un sonido que no se puede escribir. La gente lo escribe como muacks pero... ¡Jah! Los besos no suenan muacks. Si pudiera escribir un beso estoy segura de que tendría una "X" en alguna parte y una "U". Seguramente también tendría una "J"...

- ¿Para qué quieres escribir un beso?

- Porque, si pueda escribir un beso, te escribiría uno todas las mañanas. Uno de verdad, no un falso "Muacks". Te lo dejaría en un post-it, pegado en la nevera, para que cada vez que fueras a desayunar tuvieras mi beso.

- ¿Y qué piensas hacer para descubrir como suenan los besos?

- Pues... He pensado que voy a pasarme la vida besándote, hasta que pueda escribirte los besos que te quiera dar.

- Estás loca... ¿También piensas aprender cómo se escribe un mordisco?

- Anda tontiito, yo ya se como se escribe un mordisco...

- ¿Ah sí, cómo?

- Sí, ¡los mordiscos se escriben ñam!

Acto seguido me dio un mordisco en la mejilla y se levantó a por un vaso de zumo.


"- Yo quise escribirle un beso, pero, por muchos besos que le diera, cada uno me sonaba diferente."

Para no verte tanto, para no verte siempre...


Vamos a jugar a que no nos conocemos. Yo me pondré mi vestido nuevo, ese que guardaba para un día especial, porque pensé que el color combinaba con mi felicidad. Tú puedes llevar los ojos llenos de ilusión, hace tanto que no los veo que ni siquiera sé si los reconocería. Pasearemos por la misma acera distraídos, sin miradas de complicidad, sin cogernos de la mano. Vamos a ser desconocidos.

Entonces coincidiremos en el parque. Yo me sentaré a leer y tú llegarás con el periódico. Después de un rato leyendo, harás algún comentario del tipo “hay que ver cómo está el mundo…” y yo sonreiré y te miraré. Y a partir de ese momento estaré atenta a todo, a cada beso y cada abrazo. A cada frase que yo diga y a todas tus respuestas. Estudiaré cada comentario y todas tus reacciones, y llegaré al fondo de esto. Quiero saber por qué, por qué tanto desprecio y dónde ha ido todo ese amor; por qué ya no lo veo. Pudiste decírmelo y librarme de las dudas. Evitar que me reconcoma todo lo que hice y no debí hacer y todo lo que debí hacer y no hice. Pudiste simplemente entender porque quería entenderlo, y acabar con los delirios y las noches en vela. Pudiste ser compasivo. Pero ahora ya tengo la solución, vamos a ser desconocidos. "Y ojalá que la luna pueda salir sin ti. Ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta… Ojalá pase algo que te borre de pronto...

3 pero lo intentaremos muchas veces.



Sentada en un bar me llama la atención una chica con el pelo recogido que espera sentada en la terraza. Se dedica a fabricar barcos de papel con servilletas mientras mira nerviosa el reloj. Llega un chico que, tras darle un beso en la mejilla, se sienta a su lado. Deben tener aproximadamente la misma edad aunque el chico parece más mayor. No puedo evitar escuchar su conversación.
- Perdona por llegar tarde pero es que me tarde saliendo de la ducha.
- No pasa nada, no llevo mucho esperando.
- Bueno, ¿qué es eso tan urgente que tenías que decirme?
- Pues… Verás… Es un poco difícil de explicar.
- Me estás asustando… Si es algo importante dímelo sin rodeos…
- ¿Me prometes que no te enfadarás?
- Lo prometo.
- ¿Me lo prometes de verdad de la buena?
- Mía, me estás poniendo nervioso… ¿Se puede saber qué es tan importante?
- Ainss… Verás, hace tiempo que lo sabía pero no te había dicho nada por miedo a que te asustaras o pensaras que estoy loca…
- No entiendo nada…
- Tarde o temprano te ibas a enterar así que no he tenido más remedio que armarme de valor y decírtelo…
- ¿Ves, Mía? Ahora si que me estás asustando…
- Siento que vayas a enterarte así… Pero… Voy a pasarme la vida contigo…
- ¿Cómo?
- Si, así es… Y tenemos que ir aceptándolo… Al principio cuesta hacerse a la idea pero acabas por acostumbrarte.
- ¿Me estás tomando el pelo?
- No, de verdad… Verás, pasaremos todos estos meses juntos y entonces vendrá el invierno y tu cumpleaños. Será el primero que pasemos juntos… Pero, ¿sabes qué es lo mejor de todo?
- …
- Pues que entonces habrá pasado un año y pensarás: “buah, un año es muchísimo tiempo…” Pues ni un atisbo comparado con lo que nos queda. Tendrás que irte a la universidad pero, ¿sabes que? Los fines de semana nos comeremos a besos porque, no se si lo sabes, pero me encanta besarte… Seguirá pasando el tiempo… Viajes, playa, piscina, tu casa, la mía… Y antes de que nos demos cuenta nos habremos casado y tendremos tres hijos.
- ¿Tres?
- Si, tres… Sólo tres. Pero lo intentaremos muchas veces…
- Y, ¿algo más?
- Poco más… Pasarán los años y no dejaremos de querernos nunca… Siento abrirte los ojos de esta manera pero tenías que saberlo…
- Ayy Mía…
- Dime…
- Me encantas.
La chica sonríe, visiblemente más calmada. El chico la mira y comprende que es cierto, que seguramente van a pasarse la vida juntos, que probablemente lo sabe desde el día en que la conoció y que es bonito. Tener tanto que perder da miedo, pero es bonito.