El hombre que escupe llamas simboliza a la poesía, lenguaje iluminado que viene a incendiar el mundo.
Los contorsionistas nos ensenan cómo liberarnos de nuestras formas mentales anquilosadas: no se debe aspirar a nada permanente. Hay que construir con valentía en la impermanencia, en el cambio continuo [...].
Los prestidigitadores nos dicen que la vida es una maravilla: no hacemos milagros, aprendemos a verlos. Los malabaristas nos ensenan a respetar los objetos, conocerlos profundamente ubicando el interés en ellos y no en nosotros mismos.
Es la armonía de la coexistencia. [ La danza de la realidad, A. Jodorowsky]
3 comentarios:
Vida llena de alambres para hacernos jugar a ser equilibristas...
besotes de esta peke.
pd. te espero por mi rincon con tu taza de cafe, siempre que quieras...
Si, es cierto la vida es un circo, y muchas veces somos payasos aunque nos guste estar en el palco observando.
Un beso.
Primeramente agradecer tu presencia en mi espacio, luego coincidir contigo en que cada función de vida es lo mas parecido a un circo, con esas bocanadas que se lanzan cuando el amor nos duele, con aquella cuerda floja en la que nos posamos cuando nada no es certeza y cuando alcanzamos instantes de felicidad que como cual payasos nos arrancan sonrisas tiernas; nacientes de sinceridad y pacientes de constancias.
Bienvenida a mi mundo y desde ya te sigo.
Un beso.
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